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DECLARACIÓN
CAPITULAR SOBRE LA FAMILIA PAULINA
Nosotros, los miembros
del VIII Capítulo general de la Sociedad de San Pablo, al reflexionar
sobre la vocación a ser "San Pablo vivo hoy", reconocemos en
nombre de la Congregación que tenemos esta particular llamada en común
con toda la Familia Paulina, y por tanto el consiguiente deber de
corresponder a tal gracia desarrollando cada vez más el sentido de
Familia querido por Dios para el conjunto de las Congregaciones
religiosas y de las Instituciones seculares fundadas por el beato
Santiago Alberione. El, en efecto, nos exhorta: "La Familia
Paulina, compuesta de muchos miembros, sea Pablo vivo en un cuerpo
social" (SP, octubre de 1954).
En particular:
-
Reafirmamos nuestro
sentido de pertenencia a este "cuerpo social" que es la
Familia Paulina, y la disposición a acoger los dones particulares
otorgados a ella mediante cada una de sus Instituciones.
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Reconocemos el
deber de ofrecer a toda la Familia Paulina nuestros dones
particulares y de servirla según el correcto significado del rol de
Congregación "nutricia" (altrice) que nos asignó
el Fundador (cf. El ministerio de la unidad en la Familia Paulina,
1987).
-
En la composición
de la Familia Paulina vemos un icono de la Iglesia, con variedad de
miembros que, aun siendo distintos por vocación y cometidos, tienen
todos igual dignidad e igual carácter de Paulino o Paulina, y
contribuyen todos a la única misión de dar a Jesucristo al mundo
de hoy.
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Nos comprometemos a
buscar los caminos y las modalidades para alcanzar, en el ejercicio
del apostolado, la "convergencia de los fines" (cf. UPS,
III, p. 185) querida por el beato Alberione para las varias
Instituciones de la Familia Paulina.
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Nos proponemos
incrementar en nuestras Circunscripciones el conocimiento, el
aprecio, la promoción y el acompañamiento formativo y de
animación de los Institutos de vida secular consagrada agregados a
la Sociedad de San Pablo, y de la Asociación de Cooperadores
Paulinos, primerísimos en el corazón del beato Alberione (cf. AD,
25)
La Asamblea Capitular de
la SSP
Ariccia, mayo de 2004
 UNA
OPCIÓN APOSTÓLICA PREFERENCIAL: HUMANIZAR PARA CRISTIANIZAR
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