El domingo 15 de septiembre de 2024 se ha concluido en Quito el 53° Congreso Eucarístico Internacional, con un lema muy sugestivo: “Fraternidad para sanar el mundo”. Este evento, que reunió a miles de laicos, religiosos/as, consagrados/as, sacerdotes y obispos de cincuenta y cinco países, se celebró mientras el Ecuador conmemora el 150° aniversario de su consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
A modo de preámbulo al Congreso hubo un Simposio Teológico Internacional del 4 al 7 de septiembre, que contó con ponentes muy conocidos, tanto de los ambientes académico y eclesial, como de los medios político y empresarial.
El domingo 8 de septiembre, con una multitudinaria celebración eucarística en el Parque Bicentenario de Quito, se dio inicio al Congreso, todo en un ambiente de alegría, enriquecido con la fe de un pueblo que ama a Dios, que cuida el culto eucarístico y que expresa su religiosidad de maneras tan variadas como lo puede permitir su rica diversidad cultural y geográfica. El deseo era que, desde “La Mitad del Mundo”, desde la latitud cero del planeta, se pudiera irradiar el gran misterio de la Eucaristía, fuente de fraternidad para una humanidad herida.
De la
Septiembre 9 – Un mundo herido: El Congreso abrió con una serie de ponencias sobre las heridas que afectan a la humanidad. Intervinieron, entre otros, Mons. Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil), y presidente del CELAM, el español Juan Manuel Cotelo, cineasta católico, Rodrigo Guerra, secretario del Pontificio Consejo para América Latina y Pabel Muñoz, alcalde de Quito.
Septiembre 10 – Una fraternidad redimida en Cristo: La Hna. Daniela Cannavina, secretaria general de la CLAR, dio la conferencia, luego de lo cual siguieron algunos testimonios inspiradores, como el del arzobispo de Brazzaville, Mons. Bienvenu Manamika. En horas de la tarde se habló de otros testigos de la Eucaristía como el de san Oscar Arnulfo Romero y el del obispo ecuatoriano Leonidas Proaño, quien dedicó su ministerio en pro de los derechos humanos de los indígenas en el territorio ecuatoriano.
Septiembre 11 – Eucaristía y transfiguración del mundo: Intervinieron el cardenal Mauro Gambetti, Vicario General del Papa para el Estado de la Ciudad del Vaticano, Mons. Andrew Cozzens, obispo de Crookston (Minnesota, Estados Unidos), y Mons. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, que pronunció una conferencia sobre el Sagrado Corazón de Jesús y la fraternidad.
Septiembre 12 – Una Iglesia sinodal: Intervinieron, entre otros, Mary We, asesora del Consejo de Apostolado Laico de la Arquidiócesis de Taipei (Taiwan), Mons. Graziano Borgonovo, Subsecretario del Dicasterio para la Evangelización, que habló sobre la familia y la Eucaristía y hubo también testimonios de algunas familias a la luz de la Eucaristía y la fraternidad.
Septiembre 13 – Eucaristía, Salmo de fraternidad: El Congreso se centró en la Eucaristía como un salmo que alaba y fomenta la fraternidad entre los hijos de Dios. Intervinieron el arzobispo de Sydney, Mons. Anthony Fisher, el cantautor argentino Pablo Martínez y Mons. Graziano Borgonovo. En horas de la noche hubo un concierto de música religiosa, organizado por la pastoral juvenil, que congregó también a muchos de los asistentes al Congreso y a tantas otras personas de Quito y sus alrededores.
Septiembre 14 – Eucaristía celebrada y adorada: Hubo una solemne Eucaristía en la plaza San Francisco y desde allí se dio luego inicio a una procesión Eucarística que recorrió las calles del centro histórico de Quito, adornadas con bellísimas alfombras florales a lo largo de todo el recorrido hasta la Basílica del Voto Nacional, donde se impartió la bendición con el Santísimo.
Septiembre 15 – Misa de clausura: El Statio Orbis estuvo presidido por el cardenal Baltazar Porras, Legado Pontificio, invitando particularmente a los participantes a entender que “la fraternidad no es una opción que puede o no tomarse, es consustancial a la fe cristiana y, además, un imperativo evangélico”. Al finalizar esta celebración se anunció que la sede del próximo Congreso tendrá lugar en Sidney (Australia) en 2028.
La Familia Paulina estuvo presente, tanto en el Simposio como en el Congreso, no sólo con la participación de algunos de sus miembros que asistieron a los trabajos, sino también con stands en la feria de la fraternidad organizada al interior del recinto del Congreso, en la que más de veinte expositores nacionales y extranjeros ofrecieron sus productos a los participantes. Además de eso, la casa de los Paulinos sirvió para acoger a trece personas de una delegación proveniente de la diócesis panameña de Chitré.
Al concluirse este evento internacional, queda el compromiso para quienes asistieron presencialmente, para quienes lo siguieron por medio de los canales de comunicación y para todos aquellos que se declaran nacidos de la Eucaristía, de seguir profundizando este gran misterio. Sólo en la Eucaristía celebrada y adorada se puede llegar a ser escrutadores de esperanza en un mundo lacerado por odios y divisiones, hoy más que nunca necesitado de la fraternidad que brota de Jesús Eucaristía.
Hernando Jaramillo, ssp