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Dom, Jun

Los Paulinos Carlos Eduardo Aguirre y Jhon Fred Agustín Mª Ruaza Caranzo fueron ordenados diáconos el pasado sábado 22 de junio junto a diez seminaristas de la Archidiócesis de Madrid y uno del Seminario Redemptoris Mater del Camino Neocatecumenal, en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, en un gesto de comunión y pertenencia a la Iglesia diocesana que peregrina en Madrid.

Los 13 nuevos diáconos fueron ordenados por la imposición de las manos y la oración consecratoria del Arzobispo de Madrid, el Cardenal Mons. José Cobo Cano. Junto con el Arzobispo, concelebraron el obispo auxiliar, Mons. Jesús Vidal, los obispos auxiliares electos Don José Antonio Álvarez y Don Vicente Martín, y un gran número de sacerdotes, entre ellos, varios de la Sociedad de San Pablo.

El Arzobispo, en su homilía, enfatizó que todos hoy estamos, «hermanos en esta barca a la que nos ha llamado el Señor y en la que nos pide ir a la otra orilla […] es la misión de siempre, pero en cada momento debe hacerse nueva, colegial y concreta […] La Iglesia necesita siempre en cada momento y en cada etapa emprender nuevos caminos y emprender la dirección que da el Maestro. Para eso necesitamos revitalizar nuestra adhesión a Cristo, renovarla con humildad y saber que vamos en la barca donde Jesús está.»

Y recordó a los nuevos diáconos: «decís sí, en tiempos en donde decir sí es complejo […] os atrevéis a incorporaros a esta cadena de servicio en el que mismo Cristo está presente […] decir sí es vuestro primer regalo a la Iglesia», «un sí que es para servir; esto sí que es contracultural». En este punto, les ha recordado también que con el diaconado «sois conformados a Jesús, que no ha venido a ser servido, sino a servir». Y servir quiere decir, entre otras cosas, -siguió diciendo el Arzobispo- «estar disponibles, estar preparados para las sorpresas de Dios, los imprevistos, los cambios de programa…».

El Cardenal Cobo ha concluido animando a los ordenandos: «Estad siempre alegres; Dios desea vuestra felicidad».

Nuestros dos nuevos diáconos, que fueron ordenados en una Catedral rebosante de fieles, con el gozo y la alegría reflejados en sus rostros, contaron también con la presencia cercana de sus respectivas madres y otros familiares y amigos procedentes de sus respectivos países de origen, de un nutrido grupo de Paulinos y Paulinas de las diversas ramas de la Familia Paulina en Madrid, y también de algunos colaboradores y colaboradoras de nuestras actividades apostólicas.