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Qui., Mar.

Hoy Venezuela sigue siendo noticia. Mientras las potencias internacionales se juegan sus aspiraciones hegemónicas y se cruzan los intereses de quienes detienen y los de los que buscan el poder, un clamor silencioso se hace escandalosamente oír: es la hora del cambio.

Este cambio, para muchos, pivota en la necesidad de una alternancia en las estructuras de gobierno, oponiendo de paso muchas posiciones a la vez: ideológicas, políticas, económicas y geoestratégicas. Y en efecto, puede aparecer hoy como una verdadera urgencia otro modo de gestionar la cosa pública, ante la urgencia de relanzar la producción, de dinamizar los intercambios comerciales y de ofrecer al ciudadano las condiciones de querer quedarse en su país, viviendo dignamente en él.

Pero, en realidad, es mucho más amplio el espectro de cambios que requiere Venezuela. Nos encontramos frente  a una sociedad dramáticamente corroída por el paternalismo de estado, se ha venido instalando una cultura del aprovechamiento del más débil y de la explotación de las necesidades del otro. Fenómenos como el “bachaqueo”, que consiste en adquirir productos, llámense medicamentos o víveres, y revenderlos inescrupulosamente a precios exorbitantes, se han venido generalizando, con la anuencia cómplice o resignada de muchos. Un país que se jacta de poseer las más ricas reservas petroleras del mundo y ve a sus hijos expectantes frente a ayudas humanitarias, bonos del gobierno de turno o cajas de comida repartidas con criterios políticos. Un país con inmensas posibilidades para desarrollar su industria y su producción agrícola, completamente dependiente de las importaciones, muchas de ellas fraudulentas, por los efectos de la diferencia en el cambio de divisas. Un país que constata cada día cómo buscan emigrar muchos de sus nacionales, especialmente jóvenes, es un país que necesita un cambio.

Venezuela ha dejado de ser ese lugar atractivo para turistas e inversionistas, se ha venido diluyendo, bajo el acoso de corrientes políticas, la fe que se tenía en las instituciones. Por fortuna, la Iglesia católica, gracias a su toma de posición firme y profética, se ha granjeado una posición de respeto, pero sus pronunciamientos son ignorados o desvirtuados.

Se necesita un cambio en la sociedad, con hombres y mujeres cuyo horizonte no esté fuera de sus fronteras. Se necesita un cambio de mentalidad con respecto a la gestión del bien común, de suerte que nadie propague impunemente el aprovechamiento de los recursos como una práctica ineludible. Se necesita un cambio en las familias, en cuyo seno se van tejiendo los valores que sostienen la cultura de la tolerancia y del progreso. Se necesita un cambio en las instituciones educativas, sobre todo en aquellas donde se transmiten sólo conocimientos y no se forma para los tiempos difíciles. Se necesita un cambio en las congregaciones e institutos religiosos, cuyas posiciones aburguesadas y cómodas han renunciado muchas veces a su misión carismática, por temor o por desgaste.

Y, finalmente, se necesita un cambio en la cultura de la comunicación. Dice bien quien afirma que, en toda guerra, la primera víctima es la verdad. Muchas falsas informaciones vagan sin saber la fuente, sirviendo intereses políticos o ideológicos. Informaciones manipuladas o autocensuradas que no reflejan la complejidad de la situación. Para este cambio, hoy más que nunca se hace actual el carisma que de don Alberione. Por ese cambio vale la pena resistir, esperar contra toda esperanza. Será una grande recompensa ser actor y testigo de ese cambio!

* Hernando Jaramillo Osorio, sacerdote paolino, è il Superiore regionale della Regione Venezuela.

Agenda Paulina

28 março 2024

Nella Cena del Signore (bianco)
Es 12,1-8.11-14; Sal 115; 1Cor 11,23-26; Gv 13,1-15

28 março 2024

* SSP: 1988 Maggiorino Vigolungo viene proclamato Venerabile.

28 março 2024FSP: Sr. M. Augusta Biolchini (2018) - Sr. Donata Narcisi (2019) - Sr. M. Dorotea D’Oto (2023) • PD: Sr. M. Tarcisia Spadaro (2008) - Sr. M. Emanuella Santini (2011) - Sr. M. Leonarda Pompiglio (2023) • IGS: D. Giorgio Zeppini (2018) • ISF: Michele Perillo (1996).