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Jue, Mar

La razón de esta frase: es el versículo paulino que los Superiores Generales de la Familia Paulina escogieron el 20 de agosto de 2018 para motivar el Año vocacional de Familia Paulina; además, son palabras de un Pablo anciano, a vísperas del ocaso de su vida; al mismo tiempo son palabras que reflejan la situación que vivían las comunidades cristianas fundadas por él. Veamos el contexto donde está la frase y lo que nos quiere decir para vivir este año particular de gracia.

San Pablo, dirigiéndose a Timoteo, le escribe: “Reaviva el don de Dios que has recibido mediante la imposición de mis manos” (2 Tim 1: 6). Esta expresión se encuentra en la Segunda Carta a Timoteo, una de las llamadas “cartas pastorales”. Es un texto bastante tardío, que se remonta a finales del primer siglo d.C, y se refiere a una fase avanzada de la vida eclesial, ya distante de sus orígenes. Podemos definirlo como el “testamento espiritual” del Apóstol.

Pablo le recuerda a Timoteo que un día le impusieron las manos. Y esta imposición le transmitió “un don de Dios”. El Apóstol trata de alentar a Timoteo, quien, dada su corta edad, era fácilmente sensible ante las dificultades de todo tipo en las que se encontraban los cristianos de Éfeso. Para superar estas dificultades, Pablo apela a la fe de Timoteo. En virtud de esta fe, podrá reavivar (atizar: la imagen se toma del fuego que necesita ser alimentado continuamente, para no extinguirse) la vitalidad del don de Dios que ha recibido el día de su consagración. Esta Carta da testimonio de una etapa eclesial muy fatigosa y difícil. Habla claramente de “momentos difíciles” y ofrece ejemplos de tales dificultades que se anidan en dichas comunidades: egoísmo, amor al dinero, vanidad, disolutos, orgullo, religiosidad de la fachada, etc. (2 Tim 3, 2-5).

La fase eclesial en la que fue escrita esta Carta está lejos del momento de los orígenes, en la que la primavera del Evangelio despertaba entusiasmo y daba fuerza y una santa inconsciencia. La novedad del mensaje cristiano, en sus orígenes, fue una fuerza propulsora imparable. Al igual en los orígenes de una Congregación o instituto religioso (de una vocación), normalmente hay un momento inicial que es un período de impulso profético en el que la caridad supera las dificultades y ayuda a vencer dichos momentos críticos, la fe logra mover obstáculos como montañas. La esperanza es fuerte y abre escenarios de futuro, incluso ante un presente atravesado de problemas de toda índole: dificultades económicas, difíciles relaciones institucionales con la Iglesia, inexperiencias, falta de organización interna, etc.

A la etapa de los orígenes de dichas comunidades siguió una segunda fase caracterizada por el empuje misionero, por la creatividad apostólica, por la urgencia de la Palabra a cuyo servicio tantos misioneros se pusieron con entusiasmo y dedicación. Con lo que refleja esta “Carta pastoral” no estamos en ninguna de estas dos fases, ni siquiera en la tercera fase: la de estructuración, de consolidación organizativa, de búsqueda de una estabilidad comunitaria con miras a permanecer en el tiempo, de proveerse de estructuras de gobierno para mantener el aspecto comunitario que se estaba extendiendo y articulando cada vez más. La fase eclesial en que nació esta carta es una cuarta fase en la que en las comunidades comienzan a manifestarse: signos de fatiga y decadencia, desilusiones y frustraciones, divisiones, desviaciones y abandonos, adherencias a doctrinas erróneas y casos de decadencia moral. Estamos muy lejos del entusiasmo inicial. Es una fase en la que los decenios trascurridos del momento inicial abrieron una brecha que hace que el cansancio y la desilusión se hagan sobresalientes y apaguen esa fuerza innovadora y creativa del Evangelio. Por eso la tarea es: Reavivar el don de Dios.

* José Salud Paredes, consigliere generale e presidente del SIF

 

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28 Marzo 2024

Nella Cena del Signore (bianco)
Es 12,1-8.11-14; Sal 115; 1Cor 11,23-26; Gv 13,1-15

28 Marzo 2024

* SSP: 1988 Maggiorino Vigolungo viene proclamato Venerabile.

28 Marzo 2024FSP: Sr. M. Augusta Biolchini (2018) - Sr. Donata Narcisi (2019) - Sr. M. Dorotea D’Oto (2023) • PD: Sr. M. Tarcisia Spadaro (2008) - Sr. M. Emanuella Santini (2011) - Sr. M. Leonarda Pompiglio (2023) • IGS: D. Giorgio Zeppini (2018) • ISF: Michele Perillo (1996).